Poniendo el foco en la salud, más que en la estética

Me ilusiona cuando consigo que la gente ponga el foco en la salud más que en la estética. Al poner en marcha estrategias para mejorar la salud, sin duda la imagen corporal se verá beneficiada de forma más calmada. Si bien esta es una idea que en general la sociedad no consigue incorporar. Por más que les escucho… sólo veo algunas personas que lo consiguen y se olvidan del peso. Yo les hablo de salud y ellos siguen diciendo ” pero…¿cuantos kg voy a bajar?” y establecen la típica guerra contra los kilos que aumenta el estrés, el cortisol y posiblemente juega en contra de su grasa corporal.

Poner el foco en el binomio salud/autoestima

Las ideas que se han transmitido de generación en generación sobre la delgadez, sobre todo en el caso de las mujeres, nos pasan factura. Confirmo con la llegada de la  “primavera- verano”, especialmente ellas no toleran la barriguita, los michelines o no caber en el vestido/pantalón del año pasado. Entonces las consultas sobre nutrición van enfocadas al peso más que a la salud, en busca de soluciones rápidas poco fiables.  La verdad es que “la barriguita” puede tener malas consecuencias para la salud aunque no sea eso lo que preocupa realmente, sino lucir el bikini en verano.

Estoy hablando de sobrepeso y no de obesidad, esto último supone un gran problema de salud y enfermedad que debe tener un abordaje multidisciplinar a través de la medicina de la obesidad. Pero al dejar pasar el sobrepeso,  esto puede ser la antesala de la obesidad. Sin duda hay que procurar solucionarlo incorporando paulatinamente buenos hábitos.

Es adecuado reconocer que nuestros cuerpos son como son y diferentes unos de otros. Incluso cada uno puede ser distinto según la etapa de la vida en la que se encuentre.

Cuando miramos la fotos y nos criticamos intensamente por nuestro aspecto, quizás sería buena idea aceptarnos tal como somos, sin juzgar el exceso de peso. Pero sí es positivo pensar en la merma de salud que el sobrepeso conlleva, más que en la estética.

Buenos hábitos y alternativas saludables

Se trata de querer vivir con mejores hábitos y procurar que éstos se queden con vistas al futuro. Probablemente irá bien si se ha decidido y acordado con uno mismo, ya que el proceso para mejorar requiere esfuerzos.

Ponerse objetivos para vivir más saludablemente, con una mejor alimentación y suficiente actividad física, probablemente es una buena solución a la “ecuación” de peso. Un primer paso puede ser preocuparse por el nivel de ultra-procesados o de los dulces y bebidas alcohólicas que contiene la alimentación y aplicar estrategias para reducirlos. Hacerse consciente de esto y cuantificar los citados  alimentos realizando un diario dietético diario, ayudará a confirmar donde se puede mejorar. En dicho diario es recomendable registrar además el nivel de actividad física.

Por otra parte y como sociedad debemos trabajar en equipo para defendernos del marketing alimentario “negativo” y aprender cual es la mejor alimentación, la más sana. Leer el etiquetado buscando el mejor perfil nutricional (con menos sal, azúcar, grasas industriales, aditivos…) de los alimentos que compramos. Defenderse también de las menciones relativas a la salud en los envases y evitar asumir por ejemplo que, al llevar el claim en las patatas fritas ” estilo mediterráneo ” éstas son más sanas. Buscar alternativas saludables a los snacks, es un buen hábito. Al tomar crudités de verduras en vez de patatas fritas de aperitivo, o zumo de tomate en vez de un vino… estaremos apostando por nosotros. Nos sentiremos mejor.

Planificar es clave para preparar un plato saludable

Cuando se llega tarde de trabajar, si dispusiéramos de comida previamente preparada sería más fácil no caer en tomar alimentos pre-cocinados comerciales. Si se tuvieran patatas cocidas con piel en la nevera o quínoa… sería más fácil completar estos alimentos con una lata de ventresca  o  un filete de pollo a la plancha, añadiendo ensalada de escarola y tomate por ejemplo. Al disponer de verdura ya cocida, se podría saltear con jamón serrano en poco tiempo. Un bote de garbanzos cocidos proporciona diversas alternativas, desde una ensalada de legumbre hasta los salteados con verduras, legumbre y jamón u otra carne. Al tener fruta fresca en la nevera, seguro que sería más fácil tomarla mientras se prepara la comida o la cena, para calmar así el ansia por comer.

Se trata de dedicar un tiempo semanal a planificar la alimentación y hacer una compra saludable, para que de esta forma no nos coja desprevenidos, dejándonos llevar por lo fácil.

Los extremos no son buenos

Quiero hacer una mención sobre las personas que llevan al extremo la alimentación saludable y no se permiten ninguna desviación sobre lo que ellos entienden como sano. Hay que comprender que los extremos pueden entrañar patología y que, al no poder flexibilizar tomando otros alimentos menos saludables cuando la ocasión lo requiera, puede implicar algún problema mayor. En tal caso es recomendable acudir a un profesional experto.

También preocupan aquellas personas que por más ultraprocesados o comidas ricas en azúcares que tomen, se mantienen en un buen peso… de nuevo se cae en el error de posicionarse sólo en el peso. Seguramente estas personas no tengan problemas de peso pero sí otros parámetros que puedan estar fuera de la normalidad y que pasen desapercibidos. Se trata de mala salud oculta que se debería revisar.

El verano 2022

Empezamos un verano que amenaza con mucho calor, además de situaciones difíciles que debemos superar. Lo mejor es mantenerse sano siguiendo la mejor alimentación adaptada a cada persona. A sus gustos, a su nivel de vida, a su educación, entre otras circunstancias. Pero sobre todo es positivo ¡disfrutar de lo saludable !

¡Os deseo un buen verano 2022!

Por Paula Saiz de Bustamante