
La Navidad promueve vivir situaciones entrañables con nuestros seres queridos, aunque este año 2020 es más difícil. A consecuencia de la pandemia tendremos que reunirnos en grupos muy pequeños, entre otras medidas de seguridad. Además el año 2021 comenzará con una “curva de enero” más complicada en cuanto a salud y economía se refiere. Estoy segura de que estamos llegando al final de esta terrible crisis que vivimos, pero puede ser que nuestro estado de ánimo se vea afectado por las actuales circunstancias.
Os quiero proponer dos estrategias que pueden ayudar a esquivar los posibles estados de ánimo depresivos. Se trata de algo fácil y al alcance de todos -aumentar la adherencia a la Dieta Mediterránea (DM) y a la actividad física. Puede parecer obvio, sin embargo cuando las personas se paran a analizar la alimentación y su nivel de actividad física, confirman en gran medida que no cumplen con las recomendaciones saludables.
La influencia de la alimentación en los estados depresivos
Quiero destacar un estudio reciente que se ha publicado en nuestro país. Según el análisis de la dieta de 10.000 personas sanas realizado por el grupo de investigación de Almudena Sánchez-Villegas , se comprobó que las personas que consumían una DM eran un 30% menos propensas a sufrir de depresión. Los investigadores calcularon la relación entre el diagnóstico de esta patología y la ingesta de 9 componentes alimentarios protagonistas en la DM: una proporción de ácidos grasos monoinsaturados superior a los ácidos grasos saturados; la ingesta moderada de alcohol y productos lácteos; el bajo consumo de carne y la alta ingesta de leguminosas, frutas, frutos secos, cereales, verduras y pescado.
Después de una media de 4,4 años de seguimiento, las personas con puntuaciones más altas por su alimentación se asociaban a una reducción del 30% en el riesgo de depresión. Los investigadores sugieren continuar esta línea de investigación para corroborar sus resultados.
Se demuestra así que la DM podría ser una herramienta para prevenir los estados depresivos.
La influencia de la actividad física en el estado de ánimo
Otro estudio que me gusta compartir es de la Escuela de Salud Pública de Harvard. Se analizó la alimentación de 32.900 mujeres voluntarias a las que se siguió durante diez años. Dicha investigación encontró que las mujeres que intercambiaban el tiempo dedicado a ver la televisión por caminar, reducían paulatinamente el riesgo de depresión. Se apreciaba una mayor respuesta a medida que aumentaba la velocidad a la que caminaban.
Las fiestas navideñas y la salud
Durante las fiestas navideñas, también se puede tener en cuenta las citadas estrategias. Realmente si analizamos los alimentos típicos de las comidas navideñas -el pavo, las castañas, las legumbres en ensalada o con marisco, el besugo u otro pescado al horno, los mariscos, los caldos, la piña, etc- se puede afirmar que encajan en el esquema de DM. Los únicos alimentos que podrían desestabilizar el esquema saludable son los dulces navideños y las bebidas alcohólicas. Se puede decidir saludablemente y tomar los dulces navideños con mucha moderación. Por otra parte, los paseos con mascarilla y distancia, podrían seguir practicándose en estas fechas para mantenerse activo.
Esta Navidad busca tu energía y cuida cuidándote 🙂
¡Os deseo una buena Navidad, aunque sea difícil y rara!
Paula Saiz De Bustamante